Conócenos
Las Misioneras del Divino Maestro son un Instituto de vida apostólica. Realizan su misión con la fuerza apostólica que dimana de la propia vida, al vivir la plenitud de la consagración bajo la acción del Espíritu Santo, y con su acción Evangelizadora colaboran en la Misión Divina de Jesucristo.
Participan en la misión de Jesucristo, Maestro Único, respondiendo a su mandato: “Id y enseñad a todas las gentes”.
Están llamadas a vivir la Consagración como educadoras, haciendo de la escuela la gran plataforma de la Evangelización, anunciando a Jesucristo a las nuevas generaciones.
Desde su Fundación, son muchos los centros que ha ido creando la Congregación como respuesta a su finalidad fundacional y a lo largo de nuestra andadura, muchos han sido los cambios sociales y legislativos que hemos vivido.
El Ideal Pedagógico que inspira los Centros “DIVINO MAESTRO” y la obra educativa de las “MISIONERAS DEL DIVINO MAESTRO” está vigente en el hoy de nuestra historia, porque constituye una respuesta a los grandes desafíos que nos plantea la sociedad actual. Esta realidad hace de Francisco Blanco Nájera y Madre Soledad de la Cruz testigos carismáticos en el campo de la educación.
La sociedad actual también está marcada por una situación de cambios acelerados profundos y continuos. Los nuevos retos de nuestro mundo: globalización, tecnologías, el fenómeno migratorio, la secularización, el indiferentismo religioso, los continuos cambios de legislación, constituyen un gran desafío y nos obligan a buscar nuevas respuestas, que suponen acciones conjuntas y coordinadas e implican la reorganización de los Centros y de la forma de gestión.
Por todo ello, después de un proceso de reestructuración y de discernimiento, es voluntad de la Congregación dar continuidad a nuestros centros con la creación de una FUNDACIÓN EDUCATIVA, que asuma la Titularidad, dirección y gestión de los Centros, que avale el sostenimiento de los mismos y su finalidad educativa y evangelizadora hacia los más desfavorecidos
Los órganos de gobierno, representación, administración, dirección y gestión de la FUNDACIÓN, velarán por el logro de los fines que se expresan en nuestro Carácter Propio y en los Estatutos de la Fundación e irán concretando en cada momento las actuaciones necesarias para alcanzarlos.
Nuestros Fundadores consideran la escuela católica como lugar privilegiado de Evangelización, porque entra de lleno en la misión salvífico docente de la Iglesia. La escuela ha de ser la aplicación del principio evangelizador «id y enseñad a todas las gentes». Cualquiera que sea el contenido de la enseñanza, se explica a la luz de la fe.
El estilo educativo de los Centros Divino Maestro se fundamenta en una visión verdaderamente integral de la educación. Teniendo en cuenta el desarrollo armónico de la persona. El educando va perfeccionando su ser y unificándose en el crecimiento humano cristiano. Los alumnos aprenden progresivamente a armonizar fe, cultura y vida.
La formación integral la entendemos como un proceso continuo, permanente y participativo que busca desarrollar de modo armónico y coherente todas y cada una de las dimensiones de la persona: ética, espiritual, cognitiva, afectiva, comunicativa, estética, corporal y socio-política, a fin de lograr su realización plena en la sociedad, conduciéndolo hacia una concepción cristiana del ser humano, del mundo y de la historia que le transforme y constituya a la vez en constructor de una sociedad nueva.
El alumno centro de la educación
Los Centros Divino Maestro, son una institución educativa al servicio de la persona, “El alumno CENTRO y PROTAGONISTA de la educación”, intentan lograr sus finalidades, con el estilo, el espíritu, los principios metodológicos y la experiencia educativa de Francisco Blanco Nájera y Soledad Rodríguez Pérez.
Se identifican como una segunda familia. Blanco Nájera concibe la escuela como espacio-hogar dentro del cual el alumno se desarrolla progresivamente. «La educación es obra de amor, ternura, abnegación y sacrificio» es la herencia que identifica nuestros centros en cualquier lugar, donde se encuentren, como valor esencial de nuestra filosofía educativa. Así como la atención personal a los alumnos, especialmente a los más necesitados, mediante la aceptación de su persona y situación, valorando no sólo el rendimiento académico, sino sus cualidades humanas, necesidades e intereses.
Estilo educativo
La filosofía educativa pretendida por los fundadores, de plena actualidad hoy, se dirige al hombre en su totalidad. Está orientada a desarrollar en cada alumno todo su potencial humano y espiritual, desarrollo no sólo de la inteligencia, sino de la voluntad que conlleva adquirir hábitos y formar caracteres, conformar el pensamiento y modelar el corazón.
Blanco Nájera afirma «Educar es enseñar a vivir». Esto implica, entre otras cosas, la atención e interés por los aspectos comunitarios de los alumnos, su capacidad de pensar y comunicarse en grupo, de convivir y trabajar con los demás, la exigencia y firmeza en el estudio, en las diversas actividades de la vida escolar, la cooperación y la participación de los alumnos en su propia formación.
Espíritu Cristiano
La estructura, organización, metodología, contenidos, estilo y ambiente lo conforman como un Centro en Pastoral, caracterizado por un clima educativo donde se pasa de la escuela-Institución a la escuela-Comunidad, que manifiesta sus valores por medio de auténticas relaciones interpersonales.
Todos los elementos del ambiente educativo están impregnados de espíritu cristiano. La persona de Jesús Divino Maestro y de la Madre Inmaculada se nos muestra como el paradigma hacia el cual se dirige el dinamismo y la acción educativa de nuestros Centros.
En el momento actual, la Institución pretende recrear la experiencia carismática original y, a partir de ella, responder de manera significativa a los retos del nuevo milenio, compartiendo con los seglares el carisma fundacional. La Misión compartida es un modo privilegiado de recrear hoy nuestro Carisma y ver como se va enriqueciendo al compartirlo con los laicos.
Divino Maestro Fundación Educativa es una institución educativa al servicio de la persona, "el alumno es el centro de la educación". Este ideal educativo está presente en todos nuestros centros, allá donde se encuentren. Además de la atención personalizada a nuestro alumnado, es parte de nuestro carácter atender especialmente a los más necesitados, mediante la aceptación de su persona y situación, valorando no sólo el rendimiento académico, sino sus cualidades humanas, necesidades e intereses.
Misión
Estamos llamados a evangelizar desde la educación, con dedicación preferencial a los más desfavorecidos en lo que respecta al nivel económico, capacidad intelectual, dificultades de aprendizaje y conductuales y a las nuevas pobrezas que van surgiendo en la sociedad, como respuesta al mandato de Jesús Divino Maestro: “ID y ENSEÑAD”.
El Ideal Pedagógico que inspira los Centros “DIVINO MAESTRO” y la obra educativa de las “MISIONERAS DEL DIVINO MAESTRO” está vigente en el hoy de nuestra historia, porque constituye una respuesta a los grandes desafíos que nos plantea la sociedad actual. Esta realidad hace de Francisco Blanco Nájera y Madre Soledad de la Cruz testigos carismáticos en el campo de la educación.
Visión
El estilo educativo está guiado por un conjunto de inspiraciones pedagógicas, experiencias de contenido y estilo, basados en el Ideal Pedagógico de Francisco Blanco Nájera y en la experiencia educativa de Madre Soledad de la Cruz, formando una rica síntesis vital y práctica, que nos configura de la siguiente forma:
Consideramos la Escuela como lugar privilegiado de evangelización.
Los Centros educativos son la aplicación del principio evangelizador “ID Y ENSEÑAD” El “ID” es para los educadores de los Centros Divino Maestro “la puerta de nuestras escuelas”
Los destinatarios de esta labor educativa son niños y jóvenes de escasos recursos económicos, desempleados, personas en riesgo de exclusión social y las nuevas pobrezas, minorías étnicas, culturales y sociales. El “ID” para las Misioneras del Divino Maestro, se sitúa en la frontera de los pobres. Desde el vocabulario de los Fundadores “los pobres son tesoros de Cristo”.
El alumno es el centro de la educación y el protagonista de su proceso educativo.
Los contenidos de las diversas áreas de enseñanza se explican a la luz de la fe, transmitiendo una visión cristiana de la vida.
La labor educativa tiene como modelo a Jesús, Divino Maestro que nos dijo, “APRENDED DE MÍ” destacando los rasgos de respeto, sencillez, acogida dedicación y gratuidad.
Según Francisco Blanco Nájera, “La educación es obra de amor, ternura, abnegación y sacrificio” Este es el motor de la tarea educativa.
Valores
La acción de educar en nuestros centros, se desarrolla como una acción intencional de influencia que pretende ejercer un equipo de educadores con una voluntad explícita de proponer al educando aquello que nosotros profesamos como lo bueno, lo bello y verdadero.
Estos son los valores de nuestro Carácter Propio:
Interioridad, como fuente de verdadera humanización de la persona.
Fraternidad y Solidaridad, fomentado un clima de respeto, confianza y comunicación a través de la cercanía y la ayuda en nuestras tareas del día a día.
Justicia, reconociendo la dignidad de la persona y sus derechos, y trabajando por un mundo más justo, solidario y pacífico.
Libertad y responsabilidad, conquistando la autonomía personal para optar por el bien y la verdad.
Fortaleza y cultura del esfuerzo, trabajando esa fuerza interior que nos hace capaces, con la ayuda de la inteligencia y de la voluntad, de soportar o vencer los obstáculos que se oponen al bien y a nuestro crecimiento como personas.